Las ciudades romanas
Los romanos
procedían de esa parte de Europa que ahora llamamos Italia. Construyeron un gran
imperio. A medida que conquistaban nuevas tierras, contagiaban su estilo de
vida a los pueblos conquistados. Todavía hoy siguen presentes muchos signos de
la ocupación romana, puesto que fueron excelentes ingenieros y constructores.
Hicieron 85 000 km de
carreteras y muchos acueductos.
Los
arqueólogos han encontrado ejemplos de ciudades romanas por todo el imperio.
Las primeras casas romanas estaban hechas de ladrillo o piedra, pero algunas
más modernas se construyeron con cemento decorado con ladrillo o piedra. Las
calles de las ciudades formaban una cuadrícula; es decir, eran rectas y se cruzaban
formando ángulos rectos. Muchas de las ciudades se construyeron, en principio,
como fuerte para los soldados. Otras se hicieron para aquellos ciudadanos que
decidían asentarse en los territorios conquistados.
Los
campesinos llevaban sus productos a las ciudades para venderlos en el mercado.
El foro era el mercado principal. Los romanos usaban monedas, compraban las
cosas por un precio estipulado
en lugar de intercambiar mercancías. La mayoría de las ciudades tenían baños públicos
que cualquiera podía visitar. Además de ser una forma de mantenerse limpios y
sanos, era la oportunidad para charlar y hacer amigos.
Mucha de la
información que tenemos de las ciudades romanas nos ha llegado a través de Pompeya
y Herculano, dos ciudades destruidas en el año 79 d.C. con la erupción del
volcán Vesubio. Pompeya quedó enterrada por la lava y las cenizas y Herculano
desapareció bajo el barro que produjo el volcán. En ambas ciudades se han
descubierto calles enteras con tiendas y casas.
”Antiguas
civilizaciones”. Enciclopedia ilustrada juvenil
Ed. Libsa.
1. ¿Cómo eran las ciudades romanas y
para quiénes se construyeron?
2.
¿Dónde se
vendían los productos y cómo los pagaban?
3.
¿Para qué
servían los baños públicos?
4.
¿Cómo nos ha
llegado mucha de la información sobre las ciudades romanas?
5. Resume el texto.
Las ballenas
Los
científicos dan a las ballenas, los delfines y las marsopas el nombre de
cetáceos. Los cetáceos viven en casi todos los océanos del mundo.
Algunas
ballenas pasan el verano en el círculo polar Ártico o en el Antártico y cuan
empieza el frío, se desplazan hacia aguas más cálidas. Viajan en bandada y
nadan sin parar durante dos o tres meses, solo paran para descansar o para
relacionarse, pero nunca para comer, hasta que llegan a su destino: los
trópicos. Allí se quedan para pasar el invierno, aparearse o tener las crías y
cuidarlas. Cuando llega el buen tiempo, vuelven a las zonas frías.
Las ballenas
son animales de sangre caliente. Tienen la piel suave, orejas (unos orificios pequeños
situados detrás de los ojos) y respiran a través de los orificios nasales,
llamados
espiráculos.
Controlan conscientemente cada respiración, es decir, tienen respiración
voluntaria, al contrario de los humanos que respiramos automáticamente, tenemos
respiración involuntaria.
Como
respiran aire, las ballenas pasan mucho tiempo nadando cerca de la superficie
del mar, pero son expertas buceando para buscar comida. Bajo del agua, las
ballenas pueden aguantar la respiración desde diez segundos hasta dos horas.
Aunque sus
pulmones son pequeños en relación con su tamaño corporal, su respiración es eficiente
porque cada vez que las ballenas respiran sustituyen el 80%del aire almacenado
en los pulmones por aire nuevo (los humanos solo sustituimos un 25%), así
almacenan suficiente oxígeno en la sangre.
Bronwyn
Sweeney, Ballenas y delfines. Ed. RBA.
1. ¿En qué se diferencia la respiración
de las ballenas de la de los humanos?
2.
Cita tres
ejemplos de cetáceos.
3.
¿Cómo son y dónde
están situadas las orejas de las ballenas?
4.
¿Qué son los
espiráculos?
5.
¿Hacia dónde
se desplazan las ballenas cuando llega el frío? ¿Cómo viajan? ¿Cuánto dura el viaje?
6. Escribe una descripción de las
ballenas.
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